cita de Octavio Paz 
"Comencé a escribir poemas. No sabía qué me llevaba a escribirlos: estaba movido por una necesidad interior difícilmente definible.  Apenas ahora he comprendido que entre lo que he llamado mi expulsión del presente y escribir poemas había una relación secreta. La poesía está enamorada del instante y quiere revivirlo en un poema; lo aparta de la sucesión y lo convierte en presente fijo".
Develar

mucho se ha insistido en la afectividad que la imagen instantánea encarna, asociándola a la fotografía que puebla las páginas del álbum familiar. fotógrafos como nan goldin han enfatizado esta condición de la toma hecha en circunstancias propias del ámbito privado de cada individuo. La han señalado como una fuente de inspiración y como una modalidad ejemplar, en referencia a un espíritu posible, de singular significación para el uso artístico del medio fotográfico actualmente atrapado entre la artificialidad en todas sus formas y el conceptualismo seco y opaco.
pero la instantánea no solo es el respaldo de la memoria individual -una construcciòn visible palmo a palmo y luego por acumulación-, sino que para algunos puede ser también un forma de exploración del tiempo a secas. o mejor dicho de un tiempo para observar y reconocerse en lo observado, en la carga del dato sensorial, que nunca es un lapso momentáneo y seco sino una experiencia de la vida en flujo, indesligable de la sensibilidad y la historia personal. 
esto ocurre cuando la instantánea elige al fotógrafo. y si este acepta, pronto descubre que puede recogerla del entorno a veces con mayor facilidad que otras. es el fruto de las percepciones que experimenta espontáneamente acerca de lo que lo rodea. no hay duda de que es un formato con extrañas posibilidades porque con ella el acto fotográfico mismo se torna en una meditación encendida por el momento de vida, y bajo aspecto de acción modesta o gesto ínfimo. 
la instantánea es aquí un dispositivo de la imaginación de johnny chávez, entre la intuición y el atisbo de algo que se prende y se extingue velozmente. en la duración de tiempo tras la toma, esta instantánea deja de existir a medida que se materializa. en los minutos en los que la imagen se hace visible queda atrás el encuentro súbito que detuvo al fotógrafo en su camino. 
en el mejor de los casos surge una configuración visual sin alarde alguno, una visualidad sutil que guarda distancia y preserva la dignidad de lo real. este vestigio es un objeto único: pequeño, parco y humilde. casi un simple juguete. para chávez es suficiente saber que es lo estrictamente necesario para develar presencias tan intrascendentes como imperecederas.      
jorge villacorta, lima, abril de 2015
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